LA opinión política de Willy Toledo tiene aproximadamente el mismo valor que la de Belén Esteban. Un áspero personaje de Clint Eastwood decía que las opiniones son como los culos: todo el mundo posee una, lo que no implica en absoluto que sea fundada, valiosa o simplemente respetable; en todo caso, lo único respetable es el derecho a expresarla. El hecho de ser actor no confiere ninguna propiedad añadida al criterio intelectual de un sujeto; hay actores eximios capaces de proferir razonamientos deleznables y actores pésimos con excelente educación cívica.

Willy Toledo es simplemente un cómico mediocre, de apariencia simpatiquilla, con un juicio político sectario. Nada raro, por desgracia; tiene toda la libertad para berrear en defensa de la dictadura castrista que él no padece. Pero lo que no tiene en modo alguno es derecho a denigrar a las víctimas como un batasuno cualquiera. Y eso es exactamente lo que ha hecho al calificar de delincuente y terrorista al difunto disidente cubano Orlando Zapata Tamayo.

Fuente: ABC

por la libertad de los presos políticos cubanos
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1 Comentario:

  1. raúlcirohernándezgómez dijo...

    Amigos, qué bien que hayan consumado este sitio donde se compendie todo material sobre el caso y sus consecuencias. Muchas gracias por lo que toca a mi familia, amigos y a mi.
    Por otro lado leyendo el artículo que referencian en cita, me parece genial, nunca mejor dicho y redactado, una suerte de cobertura réplica. Cuando vi… el clip de vídeo mencionado y la inquietante y ofensiva opinión vertida sobre la víctima y los “disidentes en Cuba”, aun consciente de que no es una profesión y menos aun mercenaria, no pude más que reprimirme impotente el opinar desesperado. De todos modos hay algo que aun no queda claro, cuando se hace mención de eso que llaman el Estado Cubano, se olvida que los que actualmente ejercen desde ese objeto imprescindible en la alternancia, pues llegaron, y se mantienen, aferrados a esa posición autoproclamados, usando la fuerza, la violencia, incluido el terrorismo, al asalto a las instituciones de la nación. Es curioso además que tanto eufemismo de “revolución popular” arropándoles camuflados en años, no pueda justificar el que ellos, lo actuales controladores de ese régimen ilícito, fallido, impuesto, de cultura cuco-despojante…, desprecien a sus supuestos “iguales en métodos de lucha”. No, no me malinterpreten, sobre todo los locos, si locos, y afanosos de atención a toda costa, los oportunistas…, mantengan la distancia o aténganse, alerto: (raulciro@gmail.com).
    Mi respeto por el fallecido, u otras víctimas, todas las personas de buena voluntad que se desviven por nuestra mejoría, la de todos, el de nuestro presente y futuro inminente, no incluye que comulgue con la idea del martirologio como opción. Todo el que ama, valora esta vida maravillosa como regalo bendito, desea disfrutarla hasta sus últimas consecuencias aun para colmo cuando ya se la han arrebatado injustamente y se “eleva en nuestra memoria”, o no.
    Suerte, hermanos. Un abrazo. Y perdonen los excesos, no hay pose, lo aseguro.