Mirta Araoz, "profesora y estudiante eterna hasta que termine el doctorado en Educación":
Si mis firmas me transportaran, recorrería el planeta apoyando causas, pero no hubiera llegado a Cuba sin la carta de 'Yo acuso al gobierno cubano' y la petición de Amnistía Internacional. Así que agradezco la invitación a unirme y a expresarme en un ambiente de libertad y respeto.
¿Por qué he firmado? Por responsabilidad, por solidaridad humana y porque lo que sucede en Cuba está mal. Todo abuso de poder es insano y tiene que ser identificado y condenado en nombre de la convivencia para no quedarnos a merced de códigos enfermos de interacción. Porque estamos todos interconectados, lo de aquí repercute allá y en eso se basa la evolución social humana.
Por consenso internacional, en 1948 se adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos con estándares que evalúan el grado de respeto en esta materia. Aplicando estos estándares a la dictadura cubana, en la isla no existe libertad ideológica, ni libertad de movimiento, ni libertad económica, ni siquiera de agrupación pacífica y voluntaria. Esto es inaceptable venga de quien venga y es responsabilidad única de los hermanos Castro. Son inexcusables los millones de problemas que ahora existen en Cuba y que obligan a los cubanos a la desesperanza, a la obediencia ciega o a huir. Excusar lo obvio sería hacer extensiva la misma excusa a otros lugares del planeta y de la historia. Sería la horrible aprobación de que la vida de un pueblo entero pertenece a un par de individuos inescrupulosos cuya meta es retener el poder. Las personas que no disponen de su libertad son esclavas o prisioneras. En virtud de la Declaración Universal de los Derechos humanos, el ideal del ser humano es ser libre, y gozar de sus libertades civiles y políticas para ser liberado de las garras de la miseria.
Consecuentemente la libertad lo es todo; y en su nombre honro a aquellas mujeres y hombres, que por valentía o porque no les queda otro remedio, se enfrentan a la injusticia en Cuba. Por eso confío en mi firma, ligera pero enérgica, que es un granito de arena en esta montaña de condena y de esperanza.
¿Por qué has firmado la carta? Si quieres hacer públicas tus razones envíanos un correo a ozt.prensa@gmail.com con el asunto 'Razones para firmar'.
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