Bertrand de la Grange: «Esa mano tendida tiene todos los visos de ser una maniobra para ganar tiempo»
publicado el domingo, junio 20, 2010El escritor y periodista francés Bertrand de la Grange, sobre el reciente diálogo de la Iglesia Católica y el gobierno cubano en torno a los presos políticos:
No deja de ser sorprendente que un régimen ateo necesite a la Iglesia para que le saque las castañas del fuego. Sólo puede explicarse por la desesperación que parece haberse apoderado de Raúl y su entorno ante la magnitud de los problemas que acorralan a la isla. La economía está al borde del colapso, a pesar de la ayuda masiva de Hugo Chávez, que les regala petróleo e inversiones a manos llenas. Ninguna de las medidas destinadas a aumentar la producción agrícola ha dado resultado y la isla sigue importando —esencialmente de Estados Unidos— la mayoría de alimentos consumidos por la población. Las arcas del Estado están vacías y el banco central ha congelado, ilegalmente, las cuentas de muchas empresas extranjeras (algunas empiezan a retirarse del país por temor a perderlo todo).El artículo completo en el diario mexicano La Razón: El oportunismo de la Iglesia, Bertrand de la Grange
Los obispos no pueden hacer nada para ayudar a resolver el descalabro económico. En cambio, creen tener la autoridad moral para echarle una mano a Raúl en la crisis desatada por la muerte de Orlando Zapata, después de una larga huelga de hambre, y por el ayuno emprendido hace casi tres meses por Guillermo Fariñas, que sobrevive gracias a perfusiones sucesivas. Ambos se han sacrificado para obtener la liberación de los presos políticos, especialmente los 26 que padecen enfermedades graves. Ante las condenas casi unánimes de la comunidad internacional y las cartas de protesta firmadas por artistas, cineastas o intelectuales, incluyendo muchos de izquierda, el régimen castrista ha captado finalmente el mensaje y busca una salida para quitarse el problema de encima. Sin embargo, para no dar la impresión de ceder a la presión de los disidentes cubanos, Raúl “regalará” algunos presos al arzobispo de La Habana, como su hermano lo hizo en el pasado con su amigo Gabriel García Márquez o con los presidentes Felipe González y François Mitterrand. Es un gesto hipócrita y cobarde que revela la alergia absoluta de los Castro a cualquier acto de generosidad.
por la libertad de los presos políticos cubanos
Labels: Escritores, Iglesia Católica, Medios, Presos Políticos
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