• Declaraciones de Jorge Batlle, ex presidente de la República de Uruguay, después de haber firmado la declaración de la campaña OZT: Yo acuso al gobierno cubano
  

Hoy añade su firma a las más de 49.000 que ya ha recogido la campaña OZT: Yo acuso al gobierno cubano. Y anima a todo aquel que ame la libertad del ser humano a hacer lo mismo. “No hay nada más importante en la vida de un ser humano que la libertad”, dice el ex presidente de Uruguay en esta entrevista, convencido de que “defender la libertad en Cuba es defender la vida de todos los cubanos”. Reconoce, asimismo, el valor de los miles de cubanos que han firmado esta carta y ante todo de aquellos que están dentro de la Isla: “Ellos son valientes, yo no, yo estoy lejos, para mí esto es gratis, pero lo de ellos no, ellos son los valientes, ellos merecen nuestra consideración y nuestro respeto”.

—¿Qué le ha motivado a sumar su firma a la carta de nuestra campaña OZT: Yo acuso al gobierno cubano?

Como presidente de la República tuve la oportunidad de romper relaciones con Fidel Castro. Es más, hace años estando en Naciones Unidas me hicieron una entrevista, cuando representaba Uruguay como presidente de la República, y dije claramente lo que vengo diciendo desde hace 50 años, desde que Fidel llegó al Gobierno, que él no es un revolucionario en procura de las libertades, sino simplemente un dictador, un dictador violento además y un dictador de una mano durísima, no solamente con sus adversarios sino también con sus propios amigos y correligionarios. Tengo muchos antecedentes de haber estado siempre y públicamente en contra de la actitud política y el gobierno dictatorial de Fidel Castro.

—Sin lugar a dudas, pero su expresión tan clara y sin complejos no es muy común entre los líderes latinoamericanos actuales...

Todo se le justifica a Fidel porque Fidel está en contra de los americanos. Cualquier cosa que haga deja de ser mala porque está en contra del imperio. Ese es el razonamiento simple en el que caen no solamente las grandes masas sino que también muchos líderes que no sostienen lo que todo el mundo siente, y que es que nadie puede vivir sin libertad, o sea, lo que no admiten para ellos lo admiten para los pobres ciudadanos que viven en Cuba. Si la situación en el país está tal y como está es porque Cuba es una isla, si Cuba no lo fuera la situación no sería más como la de hoy desde hace hace mucho tiempo.

—En la situación actual, con su experiencia política, ¿considera que haya una posibilidad de cambio a corto plazo?

Hay una cosa que es sustantiva: Fidel Castro ha reconocido que tiene presos políticos, ha reconocido que tiene presos de conciencia, presos por disentir, o sea que la presencia del diálogo y el traslado a algunas personas, como consecuencia del diálogo con la Iglesia y el gobierno de Raúl Castro, demuestra claramente que, por primera vez, reconoce que en Cuba hay presos políticos. Por tanto, en un país donde hay presos de conciencia no hay libertad. Es tan fácil como eso. Cuando ves la cantidad de cubanos que apoyan la liberacion de los presos te das cuenta que estamos en el final.

—¿Y ante qué tipo de transición nos encontramos?

No sé yo. La bola de cristal no la tengo. Creo que la transición tiene que ser desde adentro y no desde afuera. Me parece que es un asunto en el que las opiniones mayoritarias tienen que ser las de aquellos que han estado en el interior de la Isla, sufriendo, resistiendo y organizándose. Luego no van a poder hacer las cosas, porque van a faltar muchos elementos, pero da igual, los pueblos reaccionan y el pueblo cubano siempre ha sido un país de los más adelantados de toda América, sin ninguna duda, siempre lo fue, de primer orden. Es decir, que así como ya hay hoy por hoy gente que se moviliza, que tiene valor, que tiene coraje y que sale a buscar los caminos de la libertad, muchos más se van a sumar.

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Nosotros fuimos el primer país de América Latina que propuso —y luego fue aceptada nuestra propuesta en la comisión de derechos humanos en Ginebra— que el gobierno de Fidel Castro recibiera a la persona que Naciones Unidas —con el voto inclusive de Cuba— fue designada como la persona encargada de defender los derechos humanos y los derechos políticos en el mundo. Y eso fue el motivo del rechazo de Fidel Castro a esa resolución mayoritaria, que contó con los votos de México, de Chile, que fue la primera vez que un gobierno del continente hacía un planteamiento de esa naturaleza, y el único voto con el que no contamos fue el de Brasil, porque tradicionalmente mantiene una actitud de abstención en ese tema. Lo hablé personalmente con Cardoso y me dijo que ellos tenían una actitud histórica de abstenerse en esta cuestión y la reacción de Fidel no fue solamente de no permitirle entrar a esa señora, que en aquel momento desempeñaba ese cargo en las Naciones Unidas, sino insultarme de tal manera y de tal forma que me obligó a mi, porque yo era presidente de la República, a romper relaciones con el gobierno de Cuba. En esta materia sé los puntos que calza.

—¿Qué le diría a cualquier persona para que accediera a firmar la carta de la campaña OZT: Yo acuso al gobierno cubano?

No hay nada más importante en la vida de un ser humano que la libertad. Nada es más importante. El que no tiene libertad no existe, le quitan a uno la razón de ser, la razón de su existencia. Por tanto, defender la libertad en Cuba es defender la vida de todos los cubanos, no hay cosa más sagrada que esa al nacer. El objetivo llegará a buen puerto, y me alegro de poder participar y de contribuir en alguna poca cosa al esfuerzo que muchos miles de personas, con mucha menos responsabilidad que la mía —por haber tenido el cargo de presidente de la República—, antes que yo han puesto su firma al pie de esa campaña. Y sobre todo al de aquellos que, en su inmensa mayoría de los miles que lucen allí, viven en Cuba. Ellos son valientes, yo no, yo estoy lejos, para mí esto es gratis, pero lo de ellos no, ellos son los valientes, ellos merecen nuestra consideración y nuestro respeto.

En el siguiente vídeo, puede escuchar un fragmento de la entrevista: