Los cubanos estamos pagando bien caro nuestra cobardia. No somos un pueblo valiente. La mayoria en vez de luchar contra quienes nos oprimian hemos huido. Colón, una ciudad sumida en la miseria, en un país que lleva sufriendo mas de cincuenta años la dictadura mas larga de la historia de la humanidad, cientos de miles de asesinatos y el exodo del veinte porciento de la población. Salen unos pocos a la calle y nadie se les une, nadie dice nada. Cuando Castro les convocan acuden en masas. El pueblo cubano ha perdido toda la dignidad.
Habría que transmitir una consigna a todos los discoformes, disidentes, o simplemente a todos los que quieren expresarse libre y pacíficamente: Que digan lo que piensen libremente y en voz alta. Que no teman a la cárcel. Que hay que llenar las cárceles, atiborrarlas. Que se vuelvan inútiles porque hay más gente que la merece (por querer expresarse)fuera de ellas que dentro. Es decir, traducir la realidad que convierte laisla en una cárcel. Si todos estuvieran dispuestos a seguir ésas consignas el absurdo político estaría servido al castrismo.
Por estos cubanos corajudos es por lo que me niego a creer que en Cuba los Castros puedan instalar un sistema como el de China Comunista. No nos debe asombrar que a estos gritos de libertad no se unan más cubanos, en un principio no se contaba ni con este puñado que salió ahora. Poco a poco se va disipando el terror de cincuenta años y se irán sumando.
Los cubanos estamos pagando bien caro nuestra cobardia. No somos un pueblo valiente. La mayoria en vez de luchar contra quienes nos oprimian hemos huido.
Colón, una ciudad sumida en la miseria, en un país que lleva sufriendo mas de cincuenta años la dictadura mas larga de la historia de la humanidad, cientos de miles de asesinatos y el exodo del veinte porciento de la población. Salen unos pocos a la calle y nadie se les une, nadie dice nada. Cuando Castro les convocan acuden en masas. El pueblo cubano ha perdido toda la dignidad.
Habría que transmitir una consigna a todos los discoformes, disidentes, o simplemente a todos los que quieren expresarse libre y pacíficamente: Que digan lo que piensen libremente y en voz alta. Que no teman a la cárcel. Que hay que llenar las cárceles, atiborrarlas. Que se vuelvan inútiles porque hay más gente que la merece (por querer expresarse)fuera de ellas que dentro. Es decir, traducir la realidad que convierte laisla en una cárcel. Si todos estuvieran dispuestos a seguir ésas consignas el absurdo político estaría servido al castrismo.
Por estos cubanos corajudos es por lo que me niego a creer que en Cuba los Castros puedan instalar un sistema como el de China Comunista. No nos debe asombrar que a estos gritos de libertad no se unan más cubanos, en un principio no se contaba ni con este puñado que salió ahora. Poco a poco se va disipando el terror de cincuenta años y se irán sumando.