No pudiendo ignorar la indignación y repulsa que ha causado en el mundo el crimen de Orlando Zapata, el gobierno cubano intenta nuevamente distorsionar los motivos de su huelga de hambre y la responsabilidad que, con justicia, se le imputa en su muerte. No son los médicos cubanos los responsables de este crimen, sino quienes dispusieron el encarcelamiento de Orlando Zapata, violando sus más elementales derechos de expresión y asociación. Quienes lo torturaron y vejaron en la cárcel repetidamente, hasta provocarle lesiones que requirieron cirugía y dejaron claras marcas en su cabeza, en su torso, en sus piernas, para horror de quienes lo vieron en sus últimos días. Quienes nunca reconocieron su condición de preso de conciencia, ni siquiera su elemental dignidad de ser humano. Este crimen se le imputa a Fidel y a Raúl Castro y al engranaje represivo del Ministerio del Interior y Prisiones que sostiene su tiranía. Contra ellos se reveló Orlando Zapata Tamayo. Pregúntenle a sus amigos. Pregúntenle a su madre. Pregúntenle a él mismo.