Mensaje de Javier Fernández, el músico cubano en huelga de hambre en España
publicado el domingo, marzo 21, 2010- Pide a las instituciones y partidos españoles que se sensibilicen ante sus demandas
- "Mi cuerpo tiene mucha hambre, pero más hambre tengo de libertad para Cuba"
Javier Fernández, el músico cubano que hace ya 25 días se encuentra en huelga de hambre ante las puertas del consulado cubano en Santiago de Compostela (Galicia), quiso hoy hacer un llamamiento -a través de este blog- a todos los partidos políticos e instituciones españolas para que se sensibilicen con su caso. "Sí que he contado con el apoyo de los vecinos aquí en Santiago, pero no el que yo quisiera a nivel nacional, el de las instituciones españolas".
De todas formas, el músico se siente "muy alegre", manifiesta, "porque ése es mi carácter", pero también, agrega, por el volumen de firmas que ha reunido la campaña #OZT: Yo acuso al Gobierno cubano: "Me satisface mucho esta noticia, saber que hay tantos intelecutales del mundo que están apoyando esta causa que es, en definitiva, un apoyo al pueblo cubano".
Físicamente, Javier empieza a sentir los efectos de tantos días sin comer. "Siento como sueño, el cuerpo ya no tiene la misma fuerza".Y mientras prosiguen los ataques del consulado cubano en Santiago hacia su persona, desprestigiándolo frente a todo aquel que visita la sede diplomática. "Ellos tienen ese tipo de estrategias, jamás van a jugar limpio, todo lo que hacen es degradar a aquellos que ponen de manifiesto que no están de acuerdo con ellos, lo que quieren es un sistema totalitario", afirma el músico.
Explica que él salió de Cuba hace 17 años precisamente porque como creador no se sentía libre en ese rígido marco totalitario, represivo, coaccionador de toda libertad individual; en ese sistema de partido único que da para escoger a sus ciudadanos entre ser comunista o ser comunista. "Pero un artista busca otras fronteras, y las brinca, sale del país, buscando esa libertad de expresión", añade.
Reitera al mismo tiempo que él es "un ciudadano de a pie", sin ningún tipo de vinculación ideológica, ni partidista, ni asociativa de ningún tipo. "Yo no me dedico a ninguna ideología, no estoy afiliado a nada, en mi país nunca tuve ningún conflicto por nada; ¿qué van a decir de mí entonces? Sólo busco la libertad de los presos políticos, que lo único que piden es poder expresarse libremente en su país".
Respecto a los cubanos que se acercan a hacer sus trámites al consulado, comenta que lamentablemente no todo el mundo se le acerca. "Muchos tienen vergüenza y miedo de saludarme -asegura-, y los comprendo, hacer trámites en el consulado cubano es algo muy caro, hay que pagar mucho dinero según las tarifas, y el cubano no quiere perder el vínculo con su familia y acaba agachando la cabeza. Pero a veces hay que hacer un esfuerzo y perder ese miedo".
Javier cree que "el tiempo va a poner finalmente las cosas en su sitio", de manera que, aunque las instituciones y partidos políticos en España "quieran hacer caso omiso de mi situación, no me van a callar" y agrega: "por mucho que traten de ignorarme, yo voy a seguir aquí y llegará un momento que mi cuerpo no podrá más, éste es un cuerpo que tiene mucha hambre, pero todavía mucha más hambre de libertad".
Insistió en hacer un llamamiento a las instituciones españolas para que, de la misma forma que se condena el terrorismo, condenen enérgicamente lo que él considera también terrorismo de Estado del gobierno cubano contra los presos políticos en las cárceles de Cuba.
Javier, músico de jazz y música cubana en Santiago de Cuba, ciudad de la que es natural, hace un año dejó la orquestra en la que tocaba en Galicia. Ahora se encuentra sin trabajo pero antes de iniciar la huelga estaba poniendo las bases de un proyecto de música electrónica que quería desarrollar. A petición suya sugerimos aquí la escucha de Es sólo un sueño, de los raperos cubanos Los Aldeanos:
por la libertad de los presos políticos cubanos
Labels: España, Huelgas, Javier Fernández, Presos Políticos
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Aldeanos, díganme, como cojones hacen para erizarme cada vez que los oigo, ¡DE PING...!