(Segunda parte del acto de repudio a los peregrinos del Camino por la Libertad de Cuba, aquí)
Por Joan Antoni Guerrero Vall
Desde hace ya más de un año ha aumentado la indignación de ciudadanos cubanos y españoles ante los atropellos a la dignidad humana que comete la dictadura de los hermanos Raúl y Fidel Castro en Cuba. Este hecho ha contribuido a que más personas y organizaciones en España se hayan unido para expresar el rechazo a la tiranía en el espacio público. En este sentido, desde hace meses se han realizado protestas frente a las sedes diplomáticas del Gobierno cubano en Barcelona, Madrid o Santiago de Compostela.
Ciudadanos cubanos, españoles o cubanoespañoles, amparados por la Constitución de España, han ejercido sus derechos a protestar públicamente y a expresarse libremente, en el espacio público, frente a las sedes diplomáticas del régimen castrista y de forma plenamente pacífica.
Ante esta escalada de protestas, las embajadas y consulados cubanos han respondido con la importación de métodos represivos propios del régimen para el que trabajan, pero muy alejados de los usos y costumbres de la España actual. No sólo alejados, sino que se trata, más bien, de métodos anticonstitucionales, que atentan contra varios Derechos Humanos y, en consecuencia, intolerables en el marco democrático en el que nos encontramos.
Se ha establecido ya por sistema una escenografía que se repite una y otra vez cuando se realizan protestas frente a esos consulados y embajadas. Primeramente, el régimen convoca y reúne ante sus puertas a algunos españoles forofos del sistema comunista y construye con ellos un muro ante los manifestantes pacíficos que exigen democracia. Un muro de la vergüenza más, de personas que, en un país libre, impiden a ciudadanos cubanos acceder a la puerta del consulado o embajada de su país.
Los centinelas de dichas sedes diplomáticas se contramanifiestan sin permiso y se dedican a insultar e incluso a veces llegan a agredir (rompiendo pancartas o bien con intento de agresión física) a los ciudadanos que se han dado cita para expresar públicamente su rechazo a la tiranía. De todo ello hay ejemplos con decenas de vídeos colgados en la red.
En paralelo, funcionarios cubanos desde las ventanas de las sedes diplomáticas filman y fotografían a los manifestantes, método con el que se busca coaccionar su libertad de expresión en suelo español. Se trata de un atropello que afecta tanto a ciudadanos cubanos como a españoles y un método intolerable dentro de los márgenes de un sistema democrático.
Otros métodos de boicot a la libertad de expresión promovidos por las sedes del castrismo en España es colocar altavoces con música estridente en las ventanas, de manera que no puedan oírse los lemas y consignas de los manifestantes.
A pesar de todos estos burdos intentos de acallar voces y de amedrentar voluntades, estos procedimientos no han hecho más que dar más energía a muchos ciudadanos dispuestos hoy a seguir plantándose regularmente frente a consulados y embajadas cubanas en España. Hoy, estas sedes diplomáticas, ya son considerados puntos negros en la geografía de la democracia mundial.
Esta situación requiere de más acción. Se equivoca el castrismo si cree que puede aplicar en calles democráticas su política represiva de palo y brigada de respuesta rápida. El castrismo ha gozado de impunidad hasta hoy, pero esa impunidad va perdiendo terreno y lo que está claro es que no puede robar el espacio de nuestros derechos. Las calles de Madrid, Barcelona o Santiago de Compostela no son de Fidel. Que le quede bien claro a la dictadura y sus secuaces.
Labels: Castrismo, Derechos Humanos, España, Solidaridad
Son camineros; es verdad que es dificil la relación con los verdes españoles; pero aparte del contexto religioso, el camino también tiene el sentido laico; ese tinte laico se lo pueden otorgar las asociaciones de los verdes en muchas de las autonomías en España.
http://alianzaverdeexilio.blogspot.com/
Me pregunto dónde está la prensa española cuando pasan estas cosas. Sería interesante invitarlos, y de paso decirle a Willy Toledo y su grupo de lameculos para que de una buena vez digan que les parece muy bien patear y reprimir y matar a quienes no piensan como ellos. Es hora también de llamarles fascistas, porque eso es lo que son. Un abrazo a los peregrinos de Santiago desde Venezuela.
Camilo Hernández, guionista.
Metanle par de cocteles Molotov por una ventana a la embajada Cubana pa que vean como se les acaban las bravuconadas. Abajo Fidel!!