El gobierno cubano responde a su creciente impopularidad con mayores dosis de violencia. El sábado 10 de abril, sus dirigentes políticos y dependencias culturales convocaron a un concierto que debió ser, en sus planes, un baño de multitudes y una respuesta "patriótica" a quienes demandamos la liberación de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en Cuba. La población de La Habana le dio la espalda al concierto. Al día siguiente, el gobierno desató una ola represiva contra las Damas de Blanco y aquellos que las apoyan.

El periodista independiente Carlos Serpa Maceira informa que las Damas de Blanco Laura Pollán, Berta Soler Fernández, Julia Núñez Pacheco, Odalis Sanabria Rodríguez y Maura Barrera Martínez, pudieron  llegar a la Iglesia Católica Santa Rita de Casia, en La Habana, y participar en la misa, pero se les impidió realizar su tradicional marcha dominical a favor de sus familiares presos. El coronel Ernesto Samper, al frente de un operativo de la Seguridad del Estado, les comunicó que no podían marchar porque no habían solicitado permiso. Las  mujeres se encadenaron en el piso, siendo rodeadas por agentes de  Seguridad que las arrastraron e introdujeron en un ómnibus y las condujeron a sus domicilios. En las proximidades de la iglesia fueron detenidas también las integrantes del Grupo de Apoyo a las Damas de Blanco, Magaly Norvis Otero, Lilia Castañer Hernández, Dulce María Díaz Quintana, Miriam Espinoza del Valle, Leydi Cuca Quezada, Niurkis Rivera Despaine, Sara Martha Fonseca Quevedo, Ismari Salomón Carcasés, Sandra Guerra Pérez y Odalis Zurma González Naya, según el mismo reportero. Sara Marta Fonseca también denunció el domingo, a través de Radio Martí, que su casa fue invadida por una turba de trescientas personas que rompió con un hacha la verja, subió al techo, entró en su patio y en las habitaciones de la casa, la roció a ella con químicos que le causaron inflamación e irritación de los ojos y destruyó sus pertenencias. Otro acompañante habitual de las Damas de Blanco, el escritor Juan Juan Almeida, fue detenido a la salida de su casa y permaneció bajo arresto durante la mayor parte del día. Por último, través de la revista Misceláneas de Cuba, se conoció que en Holguín fue hostigada y agredida la familia de Orlando Zapata Tamayo a la salida de la iglesia de Banes. Las turbas para-policiales insultaron, empujaron, golpearon y apedrearon a la familia de Zapata y amenazaron a su madre, Reina Luisa Tamayo, con encarcelarle a otro hijo.

Ninguno de estos atropellos son reacciones populares, sino acciones policiales con agentes de civil y grupos de partidarios movilizados y azuzados por la policía política. Es una táctica que conocen bien los cubanos y cada vez más, también, la comunidad internacional. Estas acciones han estado a punto de provocar contraofensivas violentas de vecinos y testigos presenciales del abuso policial contra los opositores, que ni buscan, ni promueven, ni practican la violencia. Está en manos del gobierno brindar otras opciones a la población de la isla que sometimiento o violencia. Todavía está en sus manos. No son opciones aceptables ni convenientes para nadie.

por la libertad de los presos políticos cubanos
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1 Comentario:

  1. Anónimo dijo...

    Estatuto de autonomia de cuba.

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