Comunicado de Prensa, 19 junio 2010

La campaña OZT: Yo acuso al gobierno cubano, ante la visita a Cuba del representante del Vaticano Dominique Mamberti, urge a la Iglesia Católica a ponerse sin demoras del lado del pueblo cubano, no de sus opresores.

La marginación de los movimientos opositores y de las organizaciones civiles independientes que impone la dictadura castrista no puede ser asumida por ninguna institución de prestigio. Asumir esa marginación, como ha sucedido en Cuba en estos últimos días, supone dar la espalda a quienes más lo necesitan, por razón y por justicia.

No se trata de politizar la labor de la Iglesia. Las relaciones de la Santa Sede con los estados independientes no pueden establecerse ignorando las relaciones de éstos con sus respectivas sociedades. En manos del actual gobierno, el Estado cubano es un aparato que reprime a todos sus ciudadanos, no solo a los presos políticos. Mejorar las relaciones con él no es un gesto diplomático políticamente neutral.

Le recordamos a la Iglesia, como institución civil de la sociedad cubana y como representante de la Santa Sede, que cualquier negociación seria en Cuba sobre los presos políticos deber incluir en su agenda el respeto a los derechos humanos, cuya ausencia ha sido y es la causa principal de estos encarcelamientos. Los cubanos no buscan una flexibilización de la tiranía, sino sus derechos inalienables, el control sobre su destino individual y colectivo, que el castrismo les ha negado por más de medio siglo.