"Me estoy muriendo, la seguridad del Estado no me da el permiso de salida del país". Así rezaba el cartel con el que el opositor Ariel Sigler Amaya, excarcelado hace unas semanas por su delicado estado de salud, protestó ayer miércoles, 14 de julio, frente a las oficinas de Inmigración y Extranjería de la central provincia de Matanzas, en Cuba.

Según denuncia la familia del opositor a través de Facebook, el miércoles Ariel, que ha salido parapléjico de las prisiones cubanas, acudió a dicha oficina acompañado por un nutrido grupo de familiares a fin de recabar información sobre el permiso de salida, un documento que el régimen impone a todo ciudadano de la isla que quiera viajar al exterior con cualquier fin.

"Todavía no hay tiempo para darle ese documento", aseguró a Sigler Amaya la oficial del Ministerio del Interior que le atendió. Fue entonces cuando Ariel, que tiene un visado humanitario del gobierno de Estados Unidos para ir a tratarse allí, sacó el cartel. Una protesta que generó, según las mismas fuentes, un "fuerte incidente".

"Varios oficiales rodearon a Ariel Sigler y hubo empujones y forcejeos así como gritos en contra de la dictadura Castrista. A los pocos minutos se personó en el lugar de los hechos el Teniente Coronel de la Seguridad del Estado de apellido Barreto, que en forma agresiva y descompuesta dijo que este asunto tendría solución el lunes 19 de julio", añade una nota distribuida por la red social.

Una demora que, según las mismas fuentes, contrasta con la celeridad con la que se han hecho los trámites para enviar a España a los últimos presos políticos excarcelados por el régimen.

Toda la familia Sigler Amaya, incluido Ariel, tienen previsto iniciar una huelga de hambre en un lugar público si el próximo lunes las autoridades migratorias de la isla no le hacen entrega del permiso de salida, que tiene un coste de 150 CUC (la moneda dura cubana).